¿Podrías creer que Bond...James Bond sería un alcohólico e impotente si fuese real

¿Podrías creer que Bond...James Bond sería un alcohólico e impotente si fuese real

James Bond, el espía británico más
famoso de todos los tiempos, corría el
riesgo de padecer “cirrosis, impotencia y
otros problemas de salud” debido a su
alcoholismo, según un estudio publicado
hoy por la revista científica British
Medical Journal (BMJ).
La investigación divulgada en una edición
especial por Navidad del BMJ, basada en
el análisis de las 14 novelas de Ian
Fleming, recoge que el Agente 007
consumía cinco de sus “Martini, agitado,
no revuelto” diarios y que su hábito de
consumo implicaba incluso “riesgo de
muerte”.
Las conclusiones publicadas revelan que
semanalmente Bond ingería 92 unidades
de alcohol (736 gramos), una tasa que
multiplica por cuatro el máximo
recomendado para un varón en el Reino
Unido.
“El nivel de funcionamiento físico, mental
y sexual que llevaba Bond de acuerdo
con las novelas, es incompatible con el
nivel de alcohol que consumía”, concluye
el estudio realizado por doctores de
Nottingham y Derby (Inglaterra).
El carismático agente británico 007
consumió 1.150 unidades de alcohol
(9.200 gramos) en 88 días y a lo largo
de todas sus novelas, solo estuvo trece
días sin probar el alcohol.
Los expertos anotaron durante la lectura
de los libros la cantidad de alcohol que
bebía el espía sin contar los días que
permaneció preso, en el hospital o en un
centro de rehabilitación.
Tras esto llegaron a la conclusión de que
“no es el hombre al que se le confiaría la
desactivación de una bomba nuclear”.
El estudio concreta que James Bond
aumentó el consumo de alcohol durante
“Casino Royale” en 1953 y en
“Goldfinger” (1959) parece que
disminuye aunque durante la trama de
“Sólo se vive dos veces”, en 1964,
registró nuevos picos que los
investigadores atribuyen a la muerte de
su esposa un año antes en “Al Servicio de
su Majestad”.
Los autores de la investigación plantean
que sus conclusiones son positivas frente
a la preocupación por el consumo de
alcohol, al que se atribuyen 2,5 millones
de muertes cada año en todo el mundo.