Sobrevivientes por ingestión de alcohol metílico cuentan su historia

02.08.2013 17:53

Jóvenes intoxicados se recuperan en el hospital
Clínico Quirúrgico de 26. Foto: Calixto N.
Llanes
Cubasí reproduce el reportaje que publica
Juventud Rebelde sobre lo ocurrido en el
Consejo Popular Balcón-Arimao, del municipio
de La Lisa, al morir 7 personas por intoxicación
con alcohol metílico.
Lo ocurrido en el Consejo Popular Balcón-
Arimao, del municipio de La Lisa, en la capital,
enseña con tristeza las cosas que pueden
ocurrir cuando las ilegalidades se convierten en
algo cotidiano, normal, y no se combaten a
tiempo, afirman familiares y vecinos de los
fallecidos o intoxicados por la ingestión de
alcohol metílico.
Un poco nerviosa, preocupada e impaciente se
muestra aún ante estos reporteros Delfina
Dulcet, de 73 años. No es para menos,
teniendo en cuenta que pudo perder para
siempre a su hijo Gabriel Licea, quien el
domingo tomó una bebida alcohólica de dudosa
procedencia. «Permanece ingresado, pero fuera
de peligro», nos dice con alivio.
«En la bodega fue donde escuché que varias
personas habían muerto o estaban ingresadas
por intoxicación por alcohol metílico. Fue
entonces cuando levanté a mi hijo para que
acudiera al médico», agrega Delfina, quien
agradece a todo el personal de salud que con
esmero y total profesionalidad han salvado la
vida de su hijo y de otros tantos pacientes.
«Yo pasaba cerca de unos amigos cuando me
ofrecieron un trago», recuerda el joven de 20
años Yerandy Escalona Socarrás, quien
permanece ingresado en el hospital Clínico
Quirúrgico de 26, en la capital.
«Lo probé, pero el sabor me pareció demasiado
fuerte. Por eso nada más que me tomé un
trago y lo dejé. Por suerte para mí, si no hoy
no podría estar contando la historia», comenta,
aún con sobresalto.
Luego —dice— escuché que algunos amigos
del barrio habían fallecido, y que otros estaban
hospitalizados. Yo no presentaba ningún
síntoma pero, por si acaso, fui al policlínico a
hacerme las pruebas.
Algo similar le sucedió a Tomás Zamalea
Gamiotea, de 28 años, hospitalizado en la
misma institución médica. Feliz por no haber
perdido la vida, aunque triste por la muerte de
otros, recuerda que estaba en el trabajo y se
asustó tremendamente al conocer lo que
estaba ocurriendo en el barrio.
«Yo acepté un poco de ron que me brindaron.
Pero imagínese, como yo no acostumbro a
beber, no pude percibir nada extraño en el
sabor o el olor», comenta Tomás, quien
califica de rápida y certera la atención médica
recibida desde los primeros minutos.
Con evidente abatimiento Jesús Daniel Tamayo
Morales, de 40 años, aguarda en una de las
camas del hospital. En el momento de este
reporte, su esposa se encontraba luchando por
su vida en terapia intensiva, y dos tíos de esta
habían fallecido, todos por la ingestión de
alcohol metílico.
«Yo estaba bebiendo alcohol y me brindaron
del otro. Cuando lo probé, noté que el sabor
no era el mismo, tenía algo extraño, así que lo
boté», reflexiona, mientras se tranquiliza por
haber ingerido apenas un sorbo.
Con evidente disgusto e irritación, Pedro
Morales Cordoví acompaña a su sobrino Jesús:
«Esto que ha ocurrido nos enseña con tristeza
las cosas que pueden ocurrir cuando las
ilegalidades se convierten en algo cotidiano,
normal, y no se combaten a tiempo», afirma
enérgico.
«Hemos tenido que enterrar a personas que
ayer mismo estaban hablando con uno. Hay
varias familias enlutadas por algunas personas
imprudentes, irresponsables, que se querían
ganar cuatro pesos», sentencia.
Ya Frank Montelier, de 37 años, está fuera de
peligro. Pero hasta ayer, cuando fue dado de
alta, su vida estuvo «colgando» de un hilo.
«El domingo, sobre las 11 de la mañana, bebí
de dos a tres tragos que me brindaron unos
amigos y no sentí nada diferente. El lunes en
la noche veo que algunos de ellos comienzan a
morir, y me decidí a ir al policlínico Cristóbal
Labra, del municipio de La Lisa; de ahí me
trasladaron al hospital Calixto García.
«Ahí me hicieron varias pruebas por la
intoxicación que ya le habían diagnosticado a
quienes me brindaron el ron. Nunca me había
pasado esto, y es algo que me sirve de
experiencia. Es una buena lección para
aquellos que adquieren ron sin saber de dónde
procede», acota.
Emergencia en el Crsitóbal Labra
Una nota de la Dirección Provincial de Salud
Pública en La Habana, publicada en diversos
medios de prensa, reseñó que en horas de la
noche del pasado lunes 29 de julio,
comenzaron a llegar al policlínico Cristóbal
Labra, del municipio de La Lisa, varios
ciudadanos, en su mayoría residentes en el
Consejo Popular Balcón-Arimao, quienes
presentaban síntomas de intoxicación por
alcohol metílico (náuseas, dolores de cabeza,
vómitos, decaimiento y problemas en la
visión).
Agregaba que, a pesar de las rápidas medidas
adoptadas por el personal médico y el traslado
urgente a diferentes centros hospitalarios, se
produjo el lamentable fallecimiento de
Guillermo Duvergel Cervantes, de 51 años de
edad; Maritza Castiñeira Rodríguez, de 48 años
de edad; Juan Carlos Berriel Silveira, de 39
años de edad; Jesús Crespo Peña, de 48 años
de edad; Salvador Sánchez Montoya, de 48
años de edad; Iván Santovenia Crespo, de 37
años de edad, y José Betancourt Orta, de 58
años de edad. También se reportaban en ese
momento 46 personas intoxicadas, de las
cuales 41 permanecían ingresadas, ocho de
ellas diagnosticadas de grave.
La doctora Ismary Ferreiro Hernández,
directora municipal de Salud de La Lisa, explicó
a nuestro diario que hasta el cierre de esta
información habían sido atendidos en los
hospitales un total de 56 pacientes, incluyendo
los fallecidos, y seis ya habían sido dados de
alta. Los ingresos pertenecen a los hospitales
Clínico Quirúrgico de 26, Manuel Fajardo y
Calixto García.
«Hay una niña hospitalizada de dos años y
medio, no por intoxicación, sino porque su
mamá es una de las que está remitida, y la
niña todavía mantiene la lactancia materna.
Por precaución se mandó al hospital, se
examinó y se puso en observación. Pero está
bien, no presenta ninguna sintomatología»,
expresa.
La directiva explicó que la gravedad del
paciente depende de la cantidad de alcohol
metílico ingerido, de la prontitud al acudir a un
servicio de salud tras los primeros síntomas, y
del tiempo que esté expuesto al alcohol.
La sustancia —precisó— puede estar en su
forma natural pura, que es más difícil de
ingerir, o puede estar mezclada con otra
sustancia, lo cual enmascara la aparición de
los primeros síntomas, que pueden debutar
hasta pasadas las 24 horas.
«El primer caso llegó a las 10:40 de la noche
del día 29 y detectamos que era una
sintomatología de intoxicación por alcohol. A
medida que llegaron más pacientes, algunos
con sintomatología seria, otros no, se
desencadenó todo un mecanismo de
toxicología, puestos de dirección…
«En todas las acciones han participado los
CDR, la FMC, el Gobierno, el Partido y la
comunidad, que también nos ayuda.
Mantenemos la guardia médica en el
consultorio, el policlínico, y se le dio la alerta
al sistema de urgencia médica de otros
policlínicos», destacó.
Según la doctora, lo lamentable es que los
hechos no ocurrieron durante la celebración de
una fiesta. Porque, de ser así, con conocer los
nombres de los participantes hubiese sido
suficiente para saber las víctimas potenciales.
Es más difícil salir a buscar a las personas que
posiblemente compraron el producto, acota.
La doctora Olga María Alemany, quien hace
dos años reside en el consultorio del médico
de la familia 38, Consejo Popular Balcón-
Arimao, al que acudieron muchos de los
afectados y donde se montó un puesto de
mando, explicó que hay respuestas
fundamentales en lo que es la intoxicación por
alcohol metílico, y su característica más
evidente es el dolor de cabeza, vómitos,
decaimiento, visión borrosa, incluso ceguera
con carácter irreversible.
«Los dos primeros casos llegaron con estos
síntomas y fueron trasladados urgentemente al
policlínico Cristóbal Labra. A ellos les siguieron
varios casos. Muchos llegaron en un estado
muy grave, que no dio tiempo su traslado al
hospital.
«A los primeros casos no se les pudo salvar la
vida, pero los que han aparecido después se
atendieron a tiempo. Ello ha sido posible
gracias a los factores de la comunidad y del
puesto de mando que tenemos activado en el
mismo consultorio, las 24 horas del día, y
mediante el cual hemos informado y explicado
las consecuencias de ingerir bebidas cuya
procedencia es desconocida», agrega.
La doctora Juana Teresa Lavandera, directora
del policlínico Cristóbal Labra, expone que
desde el momento que aparecieron los dos
primeros casos se ha realizado un trabajo
profundo.
«Algunos pacientes fueron directamente a la
consulta cuando se enteraron de la situación.
Pero en otros casos tuvimos que tocar puerta
por puerta. En esto influyó mucho la
integración que existe de los diferentes
factores de la comunidad, así como el
conocimiento y control que tiene la doctora del
médico de la familia de todos sus pacientes».
Según la nota oficial de la Dirección Provincial
de Salud Pública de La Habana, el alcohol
metílico o metanol, también popularmente
conocido como alcohol de madera, es un
producto utilizado como reactivo en
laboratorios y centros de investigación, es
sumamente tóxico para el organismo humano y
su consumo puede provocar graves secuelas,
como la ceguera e incluso la muerte.
Por sus características resulta difícil
diferenciarlo del alcohol etílico, lo que puede
propiciar la ocurrencia de lamentables
accidentes.
Equipo multidisciplinario investiga el hecho
La nota de la Dirección Provincial de Salud
indicó que para la investigación de este hecho
se conformó un equipo multidisciplinario,
integrado por especialistas del Minint y el
Minsap, el que ha contado con el apoyo de la
dirección del PCC y el Gobierno del municipio y
la provincia.
Como resultado de las investigaciones, se ha
establecido que los intoxicados consumieron
alcohol metílico, comercializado ilegalmente
por una ciudadana residente en el Consejo
Popular Balcón-Arimao, a la cual le fue
suministrado por dos individuos que prestan
servicios en el Instituto de Farmacia y
Alimentos, quienes lo sustrajeron del local
donde se encontraba almacenado.
Continuaban las investigaciones con el fin de
determinar la responsabilidad de los
implicados, así como las causas y condiciones
que facilitaron la ocurrencia de estos hechos.