Putin y Obama encargan a sus servicios secretos la solución del caso Snowden
El presidente Vladimir Putin ha reiterado
hoy en una rueda de prensa que «nunca»
entregará a Estados Unidos al extécnico
de la Agencia de Seguridad Nacional
(NSA), Edward Snowden, pero advirtió
que, si éste quiere quedarse en Rusia,
«deberá cesar su trabajo dirigido a
perjudicar a nuestros socios americanos».
Putin afirmó también que Snowden, que
lleva en la zona de tránsito del
aeropuerto moscovita de Sheremétievo-2
desde el pasado 23 de junio, «no ha sido,
ni es agente» al servicio de Rusia y
«tampoco está colaborando con nuestros
servicios secretos».
El jefe del Kremlin pronunciaba estas
palabras mientras su homólogo
norteamericano, Barack Obama, reconocía
en Tanzania que su país mantiene
«contactos de alto nivel» con Rusia para
lograr la extradición del antiguo
empleado de la NSA. Por su parte, el
secretario del Consejo de Seguridad ruso,
Nikolái Pátrushev, daba a entender que
las conversaciones entre ambos países
sobre el caso Snowden no han alcanzado
todavía una solución.
Putin ya anunció la semana pasada en
Finlandia que Snowden, es un
«problema» del que deben ocuparse los
respectivos jefes del FBI y del FSB
(antiguo KGB), Robert Mueller y
Alexánder Bórtnikov. El diario ruso
Kommersant informaba después que
ambos responsables habían hablado por
teléfono varias veces.
Pátrushev, confirmó hoy al canal de
televisión «Rossía-24 » que efectivamente
Putin y Obama han dejado el asunto
Snowden en manos de sus respectivos
servicios de seguridad, pero, añadió, «no
hay una solución que satisfaga a todas las
partes».