Nigella Lawson: los tropiezos de "la diosa del porno culinario"
El principio del final lo marcó una
foto: en lo que tarda en dispararse un
flash, ahí quedó registrado el
momento en que el millonario Charles
Saatchi agarraba por el cuello a su
mujer, Nigella Lawson.
No es que el matrimonio no estuviera
acostumbrado a la persecución de los
paparazzi : ella, chef de alto perfil en la
televisión británica, autora de best sellers
de recetas y dueña de una línea de
productos para la cocina; él, un
expublicista y coleccionista de arte que
alimentó, en parte, el boom de artistas
jóvenes británicos a comienzos de los 90.
Ambos, asiduos concurrentes a fiestas y
restaurantes de lujo, con una fortuna
conjunta estimada en al menos US$180
millones.
Pero la foto -tomada en junio de este
año en un restaurante de Londres y
reproducida en las portadas de los
tabloides- dejó a la vista de todos la
crisis interna del matrimonio, a la vez
que disparó el debate sobre la violencia
doméstica entre los ricos y famosos.
Tras un divorcio exprés, el escándalo
sigue ahora en los tribunales y gira en
torno al consumo de drogas: la cocinera
confesó ante un juez haber usado
cocaína en dos momentos críticos de su
vida, uno de ellos relacionado con el
final tumultuoso de su relación con
Saatchi.
El coleccionista, en cambio, dice que es
una "criminal habitual" que usa
sustancias ilícitas con fines recreativos.
Ella contrataca: su exmarido, asegura,
orquesta una campaña para destruirla.
Todo, en el marco de un juicio que tiene
lugar esta semana contra dos ex
asistentes personales de la pareja,
acusadas de presunto fraude: dos
hermanas italianas que se gastaron más
de un millón de dólares de las tarjetas de
crédito de Saatchi mientras servían de
empleadas (y confidentes) de Nigella.
Todos los ingredientes están servidos:
drogas, fama, dinero y escándalo, una
pizca de morbo y abundante cobertura
de tabloides y noticiarios. No es casual
que por estos días la historia tenga en
vilo a los medios de Reino Unido, donde
la chef Nigella es un nombre de
entrecasa que no necesita apellido.
Diosa del porno culinario
Su look seductor y su enfoque directo y sin
pretensiones son parte del estilo de Nigella.
Aquí, en su programa "Nigellissima".
Pero, vamos por pasos: ¿cómo se cocinó
la fama de la mujer que hoy está
reconociendo sus miserias ante los
tribunales?
Fue antes de que, en 2003, se uniera a
Saatchi en matrimonio – el segundo para
ella, el tercero para él- y ocurrió a punta
de recetas de comfort food , como se
llama a los platos reconfortantes y de
preparación hogareña.
Nigella entró a la cocina por la puerta de
atrás: graduada en lenguas modernas y
estudios medievales en la Universidad de
Oxford y sin formación culinaria alguna,
empezó a escribir sobre gastronomía
antes que a cocinar ante cámara.
Ocurrió a mediados de los años 80,
primero en periódicos y luego con sus
propios libros.
Fue precisamente su segundo manual,
"Cómo ser una diosa doméstica", el que
consiguió un lugar en la lista de los más
vendidos y le dio reconocimiento a su
nombre y su rostro: "Cocina. Escribe.
Parece una estrella de cine", dijo de ella
la revista Gourmet en 2001.
De eso hizo Nigella su marca: de predicar
cómo la mundanal tarea de preparar la
cena puede volverse territorio lúdico y
experiencia sensorial. De hacer recetas
desordenadas, chuparse los dedos con
restos de comida como si fuera una
doña en la cocina de casa, de coquetear
con la cámara y guiñar el ojo a sus
cómplices de ollas y sartenes. Enfundada,
eso sí, en vestidos sugerentes, escotados,
de corte impecable, siempre a la moda.
Así se ganó los apodos: "diosa
doméstica" y "reina de la porno-cocina".
Al tribunal
Pero, a juzgar por los últimos seis meses,
su éxito empresarial no se repite en su
vida privada: primero fue la foto, luego
el divorcio (concedido por el juez tras
una audiencia de 70 segundos), ahora la
revelación pública del uso de drogas.
Ante el tribunal, este jueves, Lawson
reconoció "no estar orgullosa" de haber
tomado cocaína, pero dijo que había
sido consecuencia del "terrorismo
íntimo" del que había sido víctima,
orquestado por su exesposo.
"Un amigo me ofreció un poco de
cocaína, la tomé", dijo la mujer, de 53
años, que reveló haber pasado "un largo
verano de acoso y abuso" por cuenta de
Saatchi, 17 años mayor que ella.
También reconoció haber fumado
marihuana durante el último año de su
matrimonio, aunque aseguró que ni
siquiera sabe armarse su propio cigarro.
"Descubrí que (la droga) volvía tolerable
una situación intolerable… Desde que me
liberé de ese hombre brillante pero
brutal estoy libre de cannabis, de
cocaína, de cualquier droga", declaró
Nigella ante el magistrado.
No es la primera vez que la celebridad
gastronómica prueba droga clase A:
según dijo, consumió cocaína seis veces
junto a su primer marido, John Diamond,
durante la fase terminal del cáncer que,
en 2001, le causó la muerte.
Pero asegura que consultó con su
médico en el pasado y considera
"ridículo" que Saatchi la califique de
adicta.