La vida de lujos de Fidel Castro en Cuba queda al descubierto

20.11.2014 13:13

En contra de lo que
siempre dice, nunca ha
renunciado al confort del
capitalismo ni ha elegido vivir
con austeridad", escribe Juan
Reinaldo Sánchez, que durante
17 años fue guardaespaldas de
Fidel Castro y que ahora
publica un libro sobre la vida
privada del líder de la
revolución cubana.
Yates lujosos, una veintena de
residencias repartidas por toda
la isla o partidas de caza "a lo
Luis XV", tanto en las
frondosas provincias del norte
como en los privilegiados
fondos marinos, son algunos
de los detalles que saca a la
luz La cara oculta de Fidel
Castro, escrito junto al
periodista francés Axel Gyldén
y que estará en las librerías
francesas el próximo día 28,
resaltó Efe.
El comandante se cuidó mucho
de mantener lejos de la vista
de los cubanos su vida
privada, "el secreto mejor
guardado de la Revolución",
asegura Juan Reinaldo
Sánchez, según los extractos
del libro.
El hombre que acompañó casi
a diario a Fidel entre 1977 y
1994 describe el lujoso yate del
líder, "Aquarama II", copiado
del de un allegado del régimen
de Fulgencio Batista
(presidente de Cuba entre
1940-1944 y de facto en
1952-1959), con cuatro
motores, que le regaló el
dirigente soviético Leonidas
Breznev.
Fondeado en su puerto privado
de Bahía de Cochinos, cada
paseo del barco implica todo
un despliegue, que incluye
otros dos navíos, uno de ellos
totalmente medicalizado, una
patrullera militar y varios
aviones en alerta para evitar
que el comandante sufra un
atentado.
En general, el "Aquarama II"
sirve para dar agradables
paseos marítimos, pero
también para ir a Cayo Piedra,
una pequeña isla situada en el
sureste de Cuba, un "paraíso
para millonarios" en el que
Castro reposa rodeado de lujo.
"Fidel Castro ha dado a
entender que la Revolución no
le dio ningún respiro, ningún
placer; que ignoraba y
despreciaba el concepto
burgués de vacaciones.
Mentía", afirma Sánchez.
El guardaespaldas relata que él
estuvo "cientos de veces" en
ese "pequeño paraíso", donde
era el encargado de escoltar al
comandante durante sus
numerosas batidas de caza
submarina en unos fondos
marinos casi vírgenes.
Las mansiones y los palacios
En cuanto el tiempo era
clemente, Fidel y su esposa
Dalia acudían casi cada fin de
semana a Cayo Piedra,
mientras que en la temporada
de lluvias el comandante
prefería la caza del pato en la
mansión "La Deseada", situada
en la provincia de Pinar del
Río.
"En agosto, los Castro se
instalaban durante un mes en
su isla de ensueño", desde la
que el líder acudía a La Habana
en helicóptero si algún
imperativo así lo exigía, añade.
Ningún cubano de a pie
penetró en la secreta isla de
Castro, a la que solo un
reducido grupo de
privilegiados, casi todos
extranjeros, fueron invitados.
Reinaldo Sánchez recuerda al
expresidente colombiano
Alfonso López Michelsen, al
empresario francés Gérard
Bourgoin, conocido como el
"rey del pollo", el propietario
de la CNN Ted Turner o el
dictador de la República
Democrática Alemana Erich
Honecker.
Aunque los más habituales del
lugar eran el escritor Gabriel
García Márquez y el héroe de
la revolución Antonio Núñez
Jiménez.
En una de esas visitas, indica
el autor, Fidel propuso a
"Gabo" lanzarse a la conquista
de la presidencia colombiana
con el apoyo de Cuba, pero el
escritor "prefería disfrutar de
los placeres de la vida
quedándose confortablemente
al margen de la política".
El gran sueño de Venezuela
Lo que no consiguió con García
Márquez, tener un peón en
Colombia, lo logró años más
tarde con Hugo Chávez en
Venezuela, señala Reinaldo
Sánchez, quien asegura que el
líder cubano "siempre tuvo en
la línea de mira el petróleo" de
ese país.
"Sabía que era la clave para
financiar su sueño
internacionalista de oponerse
a Estados Unidos", agrega.
"La cara oculta de Fidel Castro"
no describe solo el lujo de la
vida del dictador cubano, sino
que también analiza otros
aspectos de su régimen, la
dinastía familiar, seguida por
la de su hermano Raúl.
El exguardaespaldas también
se centra en la costumbre que
tenía Fidel de grabar a todos
sus colaboradores y allegados
o su intento por extender la
revolución a Nicaragua.
Reinaldo Sánchez cayó en
desgracia en 1994 por pedir la
retirada y la jubilación.
Fue encarcelado y, tras
múltiples peripecias, logró
escapar en 2008 para reunirse
con su familia en Estados
Unidos.