La letal tradición de masticar tabaco en el béisbol

23.02.2015 17:05

Una vez descrito como la religión del país,
el béisbol tiene un lugar especial en la
cultura de Estados Unidos.
Pero hay un lado oscuro en este deporte que
se ha extendido hacia el sur del continente y
ha contagiado a varios países
latinoamericanos en la cuenca del mar
Caribe.
Se trata de la tradición de mascar tabaco,
que le ha costado la vida a algunos de los
jugadores más famosos del béisbol de
Grandes Ligas.
Son muchas las formas de referirse a la
acción de rellenar la boca con un fajo de
tabaco que se coloca por fuera de las encías,
justo debajo de la mejilla, pero no cabe duda
que se relación con el juego de la pelota es
tan evidente que el hábito ha estado
presente en prácticamente todas las películas
relacionadas al deporte.
Los jugadores de Grandes Ligas ya no
pueden portar productos de tabaco en su
uniforme durante los partidos.
Desde Tom Hanks en "Un equipo muy
especial" ( A League of Their Own) hasta los
pequeños jugadores de "Nuestra
pandilla" ( The Sandlot Kids), que se
alentaban a "meterse" tabaco porque "todos
los profesionales lo hacían".
En blanco y negro
Esta tradición se hizo popular en un
comienzo, ya que les permitía a los jugadores
mantener sus bocas húmedas durante los
interminables partidos que se disputaban en
campos secos y polvorientos.
La imagen más conocida de Bill Tuttle, con
un fajo de tabaco en su mejilla.
Al escupirlo también ablandaba el cuero de
los guantes, lo que favorecía la captura de la
pelota.
Los riesgos del tabaco no se conocieron en un
principio, por lo que la tradición permaneció
durante años, pasando de generación en
generación.
Probablemente no fue hasta los casos del
legendario Babe Ruth y Bill Tuttle, dos de los
grandes jugadores que perdieron sus vidas al
padecer de cáncer relacionado con la práctica
de masticar tabaco, que comenzó a generarse
un debate público sobre sus consecuencias.
Sin embargo, el consumo no disminuyó y los
casos siguieron apareciendo.
Tony Gwynn, ocho veces campeón de bateo,
fue diagnosticado con una neoplasia en la
glándula salival que le ocasionó un deterioro
devastador.
Conocido por su sonrisa y buen humor, Gwynn
tuvo que ser sometido a un tratamiento de
cáncer que lo dejó temporalmente paralizado
de un lado.
Después de muchos años de lucha, murió en
2014 a los 54 años.
Pese a que los médicos no pueden asegurar
que su cáncer estuvo relacionado con
masticar tabaco, algo que comenzó a hacer
desde muy temprano en su carrera, el mismo
Gywnn culpó a ese hábito de su enfermedad.
Gywnn murió convencido que su
enfermedad fue culpa de su adicción al
tabaco.
Su muerte reavivó los pedidos para eliminar
esta tradición del béisbol, la cual está
restringida pero no prohibida en las Grandes
Ligas de Estados Unidos.
"Peor que fumar"
No hay duda de que las personas que
mastican tabaco, o quienes simplemente se
lo ponen en la boca, corren un riesgo para su
salud.
El producto contiene 28 agentes que causan
cáncer, además de poseer más cantidad de la
ultraadictiva nicotina que los cigarrillos.
El objetivo es que los niños no asuman
una tradición que se ha extendido por más
de un siglo.
Para ponerlo en perspectiva, un fajo
promedio se mantiene en la boca durante
unos 30 minutos, lo que desprende tanta
nicotina como fumar tres cigarrillos.
El doctor Jatin Shah, quien dirige el servicio
de cabeza y cuello en el Centro de Cáncer
Memorial Sloan Kettering en Nueva York,
aseguró que masticar tabaco es
"probablemente peor que fumar", porque los
elementos cancerígenos del tabaco están en
contacto directo con el revestimiento de la
boca.
El consumo de tabaco no ha disminuido
entre los adolescentes.
El problema está que mientras el hábito de
fumar se ha reducido en los últimos años, no
ha ocurrido lo mismo con meterse o masticar
tabaco entre los adolescentes y muchos
apuntan a que las leyes que regulan su
consumo son mucho más relajadas que las
que afectan a los cigarrillos.
Según el Centro de Control y Prevención de
Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por
sus siglas en inglés), más de uno en diez
jóvenes de 14 a 17 años lo consumen en la
escuela secundaria.
La Escuela de Salud Pública de la Universidad
de Harvard, que observó cuán frecuente
aparecían jugadores masticando tabaco en
televisión, encontró que durante un partido
de la Serie Mundial en 2004 la exposición fue
de nueve minutos y 11 segundos, lo que
equivale a millones de dólares de publicidad
gratuita para la industria del tabaco.
Parte de la cultura
Curt Schilling, uno de los grandes lanzadores
de la historia y ganador de tres títulos de
Serie Mundial, es otro de los jugadores que
consumió tabaco en su carrera.
Schilling ha sido uno de los mejores
lanzadores en la historia del béisbol
estadounidense.
Él se considera afortunado de estar vivo,
después de haber sido diagnosticado y
sometido a tratamiento por cáncer en la
boca.
Como a muchos de sus colegas, Schilling fue
advertido sobre los riesgos de masticar
tabaco, pero señaló que como está tan
arraigado en la cultura del béisbol es muy
difícil dejarlo.
Durante su carrera se encontró a varios
jugadores que lo habían podido dejar pero
volvían a caer al comienzo de la siguiente
temporada.
"Para mí es como el que deja de ser
alcohólico pero tiene que trabajar en la barra
de un bar".
Pero no sólo los profesionales son los que
están en riesgo.
Michael Hynes, jugador aficionado, comenzó
a meterse tabaco en la boca en la escuela ya
que era algo común entre sus amigos.
"En tanto ponía un pie en un campo de
béisbol siempre me ponía un fajo en la boca,
simplemente por instinto. Siempre veía a los
jugadores de las Grandes Ligas hacerlo y
siempre quise ser como ellos", admitió.
Ni siquiera sus padres lo pudieron engañar
cuando intentaron convencerlo de que esos
jugadores simplemente masticaban chicle.
Hechos concretos
Las autoridades del béisbol están cada vez
más preocupadas por la imagen que
transmiten a los jugadores jóvenes y a los
aficionados.
El masticar tabaco está prohibido en las
categorías inferiores del béisbol en
Estados Unidos, pero no en las Grandes
Ligas.
Si bien el hábito está prohibido desde hace
más de dos décadas en la ligas menores, de
donde surgen las estrellas del futuro, el
comisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig,
está a favor de que también sea abolido de
las ligas mayores, donde su práctica es más
visible, tiene más alcance y puede influenciar
más a las personas.
Un primero paso ocurrió en 2011, cuando se
impuso una serie de restricciones a los
beisbolistas y equipos, que ya no pueden
proveer de productos de tabaco a sus
jugadores.
Los peloteros tampoco lo pueden llevar en
sus uniformes ni aparecer masticando tabaco
en las entrevistas.
Gary Shears, fundador y comisionado de la
liga independiente de béisbol de Nueva
Jersey, una torneo amateur, no está de
acuerdo con una prohibición pese a haber
sido adicto al tabaco.
"No creo que puedas decir que uno no puede
masticar durante un partido. No puedes
imponer a alguien a que tenga un buen
hábito o que valore su salud, eso es algo que
cada quien debe hacer por su cuenta".
Los mismos jugadores comparten esta
opinión, pero hay organizaciones de sanidad
que insisten en que se imponga una
prohibición general.
Ellos consideran que, de no existir una
completa restricción, masticar tabaco seguirá
siendo la tradición más mortal del béisbol