La alianza con los lobos que acabó con el hombre de Neandertal

05.03.2015 16:51

Son fieles, guardianes y el mejor y más
antiguo amigo del hombre.
Pero nuestra gratitud con los perros no
debería acabar allí.
Según una nueva teoría propuesta por una
eminente antropóloga estadounidense, existe
otra razón por la cual debemos estarles
eternamente agradecidos: gracias a ellos, el
hombre moderno logró erradicar a su rival, el
hombre de Neandertal.
El hombre moderno comenzó a emigrar de
África hace unos 70.000 años. 25.000 años
más tarde llegó a Europa, dominada en ese
entonces <>y desde hace 200.000 años por los
neandertales.
Unos pocos miles de años después de su
llegada, nuestro pariente evolutivo se
extinguió.
En el pasado se ha sugerido que su
desaparición pudo haberse debido al cambio
climático. También se especula que pudieron
haber perdido la competencia con nuestros
ancestros porque estos disponían de armas
más eficientes para la caza.
Pero para Pat Shipman, investigadora de la
Universidad de Pensilvania, en Estados
Unidos la clave de su desaparición está en
otra parte. "En ese momento, los humanos modernos, los
neandertales y los lobos eran los principales
depredadores y competían para cazar
mamuts y otros grandes herbívoros", dice
Shipman.
"Pero entonces, formamos una alianza con
los lobos y esto habría significado el fin de
los neandertales".
Nuestros ancestros comenzaron así a
domesticar a los lobos, de los que descienden
los perros, y con su ayuda perfeccionaron la
estrategia para cazar.
Esta asociación, argumenta Shipman, les
permitía dividir el trabajo de forma eficiente.
Estos perros primitivos perseguían a sus
presas <>alces, bisontes y demás hasta
cansarlas, lo cual les permitía a los humanos
ahorrar energía, y estos las mataban cuando
ya estaban acorraladas, momento que se
considera por lo general como el más
peligroso en una cacería.
"Es una estrategia en la que ambos salen
ganando", señala la antropóloga.
Las ventajas son obvias para los seres
humanos, ¿pero en qué se benefician los
perros?
"Obtienen más comida más rápido y sufren
menos heridas en la búsqueda de alimentos",
le dice Shipman a la BBC.
"Además, ganan cierto grado de protección
de los humanos con los que conviven".Su teoría parece encontrar eco en la práctica
con lo que ocurre con las especies invasoras.
"Sabemos que cuando las especies invasoras,
y los humanos claramente lo son, salen del
ambiente en el que se desarrollaron están en
peligro porque desconocen su nuevo hábitat".
"Uno pensaría entonces que los recién
llegados están en gran desventaja. Pero, de
hecho, con mucha frecuencia los
depredadores invasores superan a los
nativos".
El precio de esta coalición no parece haberlo
pagado solamente el hombre de Neandertal.
A lo largo de los siguientes milenios fueron
desapareciendo de Europa los leones, los
mamuts, las hienas y los bisontes.Controversia
La idea de Shipman, explicada en su libro
"Los invasores: cómo los humanos modernos
y sus perros llevaron a la extinción de los
neandertales", que se publica este mes, no
está exenta de controversia, sobre todo
porque adelanta en mucho los orígenes de la
domesticación de los perros, descendientes
de los lobos, que según teorías previas tuvo
lugar hace cerca de 10.000 años con el
surgimiento de la agricultura.
La teoría de Shipman adelanta en muchos
años la domesticación de los canes.
La antropóloga sitúa este acontecimiento
antes de la última Edad de Hielo.
Para ello se basó en descubrimientos
recientes de fósiles de perros de hace 33.000
años hallados en Siberia y Bélgica.
Aunque se asemejan bastante los de un lobo,
muestran claros signos de domesticación.
En el momento en que se formó la alianza,
que ocurrió aproximadamente cuando los
neandertales se estaban extinguiendo,
apunta la investigadora, un grupo de lobos
estaba siendo domesticado.
"Había un grupo de animales que podrían
describirse como perros-lobos. Se veían
diferentes. Puedes pensar que había dos
grupos de lobos distintos", le explica Shipman
a la BBC, "o que este pequeño grupo de
animales raros que no habíamos reconocido
antes porque no teníamos las herramientas,
eran un intento temprano de domesticación