EEUU es cauteloso con decisión de Rusia y Snowden

02.08.2013 17:26

La decisión de Rusia de otorgar asilo a
Edward Snowden molestó al gobierno
de Barack Obama y encolerizó al
Congreso. Pero si Estados Unidos no
estaba preparado para abandonar su
difícil relación con Rusia a causa de la
defensa antimisiles, los derechos
humanos o la guerra civil en Siria, es
improbable que sólo el ex empleado de
inteligencia que difundió programas
del espionaje estadounidense amargue
los lazos entre las dos potencias.
(foto AP)
Después que Snowden saliera de la
zona de tránsito de un aeropuerto de
Moscú para entrar oficialmente en
Rusia el jueves, la Casa Blanca se
declaró “extremadamente
decepcionada” y sugirió que Obama
podría reconsiderar la reunión en
Moscú con el mandatario Vladimir
Putin en septiembre.
Los legisladores estadounidenses
amenazaron más, desde exigir que
Rusia pierda el derecho de organizar la
cumbre de las economías más grandes
del mundo, hasta cuestionar si
Washington y Moscú pueden seguir
cooperando en algo. Algunos miembros
del Congreso han hablado de boicotear
los Juegos Olímpicos de Invierno del
próximo año en la ciudad rusa de
Sochi.
“La decisión de Rusia es una vergüenza
y un esfuerzo deliberado para
avergonzar a Estados Unidos. Es una
bofetada en la cara de todos los
estadounidenses”, dijo el senador
republicano John McCain. “Ahora es el
momento de repensar nuestra relación
con la Rusia de Putin”.
Sin embargo, la represalia contra
Moscú tiene un costo. Putin ha
demostrado durante más de una
década en el poder que va a responder
a lo que perciba como ofensa por parte
de Estados Unidos, ya sea en la forma
de una red de defensa antimisiles en
Europa o el apoyo estadounidense a
las manifestaciones a favor de la
democracia en Ucrania, Georgia y otros
países vecinos. Y pese a la oratoria de
Washington, Estados Unidos sabe que
necesita a Putin para promover
intereses de seguridad nacional
estadounidense pese a las
provocaciones de Putin.
Sin la ayuda del Kremlin, a Estados
Unidos se le complicará contener a
grupos terroristas en el sur del
Cáucaso, asegurar las rutas de
suministro a la tropa estadounidense
en Afganistán o impedir que Irán
desarrolle armas nucleares. Tampoco
tendrá posibilidad de persuadir al
presidente sirio Bashar Assad para
negocie con rebeldes en Siria.
Por eso, la primera reacción del
gobierno estadounidense al asilo
concedido a Snowden fue condenatoria
pero prudente.
Estamos extremadamente
decepcionados de que el gobierno ruso
haya dado este paso pese a nuestras
peticiones muy claras y legales, en
público y en privado, de que el señor
Snowden sea expulsado y devuelto a
Estados Unidos”, dijo el secretario de
prensa de la Casa Blanca Jay Carney.
La demanda estadounidense insistió
que Rusia devuelva a Snowden para ser
enjuiciado por espionaje por las
filtraciones sobre el espionaje
telefónico e internet. Durante más de
un mes, las autoridades rusas lo
dejaron empantanado en la zona de
tránsito del aeropuerto cuando llegó en
un vuelo procedente de Hong Kong,
reacias a otorgarle asilo político
temporal o documentos de viaje que
pudiera usar sin un pasaporte
estadounidense para trasladarse a la
América Latina. El drama concluyó el
jueves cuando Snowden recibió permiso
para residir un año en el país.
Empero, Putin ha intentado mitigar las
consecuencias negativas. Antes de que
fuera anunciada la decisión indicó que
el asilo estaría condicionado a que
Snowden se abstuviera de filtrar más
material secreto — indicio de que
incluso el mandatario ruso consideró a
sabiendas que iba a provocar a
Estados Unidos, aunque no deseaba
albergar a un prófugo que hiciera gala
de su impunidad fuera del alcance del
sistema legal estadounidense. AP