Cómo consiguen las mantas rayas volar fuera del agua

10.10.2015 15:23

Aun así, es capaz de realizar
impresionantes saltos de hasta tres metros
por encima de la superficie del mar. Y no
es la única. Otras especies de estos
peces cartilaginosos también lo hacen.
Algunos expertos creen que así se libran
de los parásitos; otros, que les sirve para
huir de posibles depredadores o asustar a
sus presas. Los brincos también podrían
formar parte de un ritual de
apareamiento o sencillamente los darían
por puro placer. Lo que sí se conoce es el
mecanismo que utilizan.
Las mantarrayas, por ejemplo, poseen
unas potentes aletas pectorales dispuestas
en forma de alas que les permiten nadar a
gran velocidad. Para evitar el rozamiento,
pliegan las aletas cefálicas, situadas a
ambos lados de la boca, con las que
atraen el alimento. De esta manera, se
impulsan desde unos pocos metros de
profundidad para alcanzar la superficie.
Una vez fuera del agua, continúan
moviendo sus extremidades mientras
están en el aire, con lo que prolongan el
tiempo de vuelo.
Según se desprende de los avistamientos,
ofrecen tres versiones básicas de este
espectáculo: aunque siempre ejecutan los
saltos hacia delante, pueden terminarlos
cayendo de cabeza, de cola o haciendo
una voltereta.