4 consejos para evitar el cáncer

02.08.2013 18:56

Cuidado con las bebidas muy calientes. De
acuerdo con un artículo publicado en la
revista médica British Medical Journal, las
personas que consumen a diario bebidas
calientes a una temperatura superior a 60
grados centígrados sufren un continuo
abrasamiento de las células que recubren el
esófago que incrementa el riesgo de cáncer.
En concreto, los investigadores probaron que
tomar té a 65 ó 70 grados duplica el riesgo,
mientras que cuando la temperatura de la
bebida supera los 70 grados la amenaza se
multiplica por ocho.
Frutas, verduras y mermeladas. Las personas
que comen abundante cantidad de frutas y
verduras tienen menos probabilidad de
desarrollar cáncer. Un reciente estudio del
Instituto de Investigación Alimentaria en el
Reino Unido lo atribuye en gran medida al
papel que juega la pectina, un ingrediente
gelificante natural de las frutas y las
hortalizas, que se usa para fabricar
mermeladas y que, al parecer, inhibe a la
galectina 3, una proteína que ayuda a la
diseminación del cáncer en el organismo.
Menos carne y más pescado. Las mujeres que
consumen cantidades ingentes de embutidos,
bacón o carnes ahumadas son más propensas
a desarrollar cáncer de ovario, algo que los
científicos achacan a que estas carnes
procesadas contienen nitrosaminas y
nitrosamidas. Eso explicaría también por qué
varios estudios asocian el exceso de perritos
calientes con altas tasas de cáncer infantil,
principalmente de leucemia. Por otra parte,
la ingesta de carnes rojas está ligadas al
cáncer de próstata, al cáncer de mama y al
cáncer pancreático. En contraposición, un
estudio chino publicado hace poco en The
American Journal of Medicine demostraba que
comer pescado fresco con regularidad reduce
el riesgo de cáncer de colon en un 12%.
Come brócoli. De todas las frutas y verduras
que llegan a nuestra mesa, el brócoli se lleva
la palma a la hora de prevenir el cáncer.
Esta verdura de la familia de los crucíferos
contiene sulforafano, un compuesto con
propiedades antioxidantes que permite actuar
a los genes que en condiciones normales
mantienen los tumores a raya. Pero además,
científicos de la Universidad Estatal de
Oregón han demostrado hace poco que esta
sustancia favorece la metilación del ADN, un
proceso natural que se altera cuando
enfermamos, ya sea por cáncer, por
trastornos neurodegenerativos o por
problemas cardiovasculares.